Por Ramos y Vadell
En los días 4 e 5 de Setiembre se llevará acabo en Hangzhou la décima primera cumbre del G20. El tema principal de la cumbre será “Toward na innovative, invigorated, interconnected and inclusive world economy”, y respecto a los posibles temas y rumbos de la cumbre, sería importante considerar algunas cuestiones relevantes.
En primer lugar, por primera vez, la “innovación” será una de las prioridades del G20. En la cumbre de Atalya, en 2015, la agenda giraba alrededor de los “Tres Is”: implementación de los compromisos pasados; fortalecimiento de las inversiones y la promoción de la inclusión. Así, es interesante percibir que, si por un lado, la República Popular de China (RPC) mantiene algunas de las cuestiones colocadas en la agenda en la cumbre de Atalya, por otro intenta avanzar incluyendo el tema de la innovación.
Históricamente, el G20 viene destacado la importancia de las políticas monetarias y fiscales para hacer frente a las consecuencias de la crisis financiera global. Sin embargo, el bajo crecimiento de la economía mundial desde 2008 concientizó a los actores sobre la necesidad de acciones de más largo plazo. En ese contexto, el tópico de la innovación emerge como asunto importante, paralelamente al fomento del comercio y las inversiones.
En segundo lugar, con relación al comercio, el G20 Blueprint on Innovative Growth se propone integrar el crecimiento con la agenda tecnológica. Además, con la caída del crecimiento del comercio global, en la cumbre de Antalya fue acordado que los ministros de comercio deberían encontrarse regularmente a fin de crear y dar continuidad a un grupo de trabajo. En esa dirección, la RPC ha estimulado el Encuentro de Ministros de Comercio y del Grupo de Trabajo. Para algunos analistas, esta iniciativa puede ser una de las grandes contribuciones de China para el G20, bien como para el comercio internacional. Siguiendo esta acción, a partir de Hangzhou, el G20 puede empezar a ser un espacio de construcción política entre ministros de finanzas y directores de bancos centrales y también entre ministros de comercio.
En tercer lugar, una vez que gran parte de los problemas contemporáneos de la economía mundial se encuentran íntimamente conectados con las cuestiones del comercio y de las inversiones internacionales, consideramos que una posible contribución de la cumbre de Hangzhou podría ser el tema de las inversiones en infraestructura. En este sentido, el Grupo de Trabajo en Inversiones e Infraestructura (IIWG) ha definido los tres pilares de agenda acerca del tema: (i) incentivar los Bancos Multilaterales de Desarrollo a adoptar acciones conjuntas de inversión en proyectos de infraestructura; (ii) promover la conectividad global en infraestructura; (iii) y explorar e incentivar las formas alternativas y privadas de inversión en infraestructura.
Es interesante percibir en este punto el rol que la RPC intenta dar para los nuevos Bancos de Desarrollo por ella patrocinados en el ámbito de la economía global, en especial el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII) y el Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS (NBD). De hecho, ellos están ya en funcionamiento: de los cuatro primeros préstamos del BAII, uno es en colaboración con el Banco Asiático de Desarrollo (BAD) y con el Departamento Británico para el Desarrollo Internacional (DFID) (US$100 millones para Pakistán), otro con el Banco Europeo para Reconstrucción y Desarrollo (EBRD) (US$27.5 millones para Tayikistán) y un tercero que está aguardando la colaboración del Banco Mundial (US$165 millones para Indonesia) – complementando así el sistema actual del desarrollo multilateral. Vinculado a esta cuestión existe la demanda por la reforma del FMI que, sin bien fue acordada en 2010 en la cumbre de Seúl, hasta ahora no ha sido aún implementada. En este sentido, hay una grande posibilidad de que este tema forme parte de la agenda de la cumbre, así como las cuestiones concernientes a la revisión de las cuotas de votación en el Banco Mundial.
En cuarto lugar, los límites de las inversiones en infraestructura han sido un problema frecuente para la promoción del desarrollo global. En este sentido, hay interés de China de vincular estos temas con la implementación de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible. Las cuestiones del desarrollo global han sido incorporadas de una forma u otra en la agenda del G20 desde 2008 y, particularmente, desde la cumbre de Seúl en 2010, con el “Consenso de Seúl para el Desarrollo y Crecimiento Compartido” y el “Plan de Acción Plurianual sobre el Desarrollo”. No obstante, aparentemente en Hangzhou será la primera vez que el tema del desarrollo será discutido desde una perspectiva más amplia, como parte de la macro estructura de la política global.
En resumen, la República Popular de China parece intentar avanzar en algunos de los principales puntos de las últimas cumbres del G20, en particular en lo que respecta a las inversiones en infraestructura y su vinculación con el problema del crecimiento de la economía global. Una preocupación de la política externa china, en un contexto de caída del crecimiento económico chino, así como de un cambio de su orientación de política económica – expreso por ejemplo, en la iniciativa de “Una Franja y Una Ruta” (en el cual el BAII tiene un rol crucial) –, es el énfasis en una mayor conectividad mundial a partir de la infraestructura que pueda contribuir tanto para las exportaciones e importación de productos y recursos. Sin embargo, hay dos cuestiones importantes que deben ser destacadas. Primero, ¿en qué medida las discusiones concernientes a las inversiones en infraestructura apuntadas por la presidencia china se relacionan con las medidas adoptadas anteriormente por el G20 – como el Centro de Infraestructura Global, iniciado en la cumbre de Brisbane (2014)? Segundo, ¿cómo la agenda china para el G20 puede contribuir para que el G20 sea algo más que un comité de crisis y sea capaz de hacer frente a las cuestiones más amplias, de largo plazo, de la economía global? Estas – y otras – son algunas de las cuestiones que deberán aparecer en la cumbre de Hangzhou en Septiembre próximo.
Autores:
Dr. Leonardo Ramos
Profesor del Programa de Posgrado en Relaciones Internacionales de la PUC Minas, Brasil
Dr. Javier Vadell
Profesor y Coordinador del Programa de Posgrado en Relaciones Internacionales de la PUC Minas, Brasil
Texto originalmente publicado no Diário do Povo